“Una sociedad del
conocimiento, es una sociedad que se nutre de sus diversidades y capacidades”. (Unesco).
Un elemento central de las sociedades del conocimiento es el rol del
docente, quien tiene la capacidad para identificar, producir, tratar,
transformar, difundir y utilizar la información con vistas a crear y aplicar
los conocimientos necesarios para el desarrollo humano. Estas sociedades se
basan en una visión de la sociedad que propicia la autonomía y engloba las
nociones de pluralidad, integración, solidaridad y participación.
Lo importante es destacar que el proceso educativo es el eje central
para que los procesos tecnológicos de información y comunicación puedan ser
manejados ampliamente por todos los sectores de la sociedad, por ello es allí
donde los distintos planes tecnológicos generados por las naciones señalan el
mayor esfuerzo.
Este proceso ha venido adaptándose a las realidades de un mundo
globalizado, donde ya hablamos de un planeta alfabetizado tecnológicamente. Las
transformaciones en el sector educativo son constantes, inicialmente ocurrió en
Europa y Norteamérica, hoy día llegan a Latinoamérica y gran parte del
mundo. Ahora estos cambios no son solo para el conocimiento de nuevas
tecnologías, sino buscando mejoras profundas en cuanto a
los resultados, es decir calidad y eficiencia en el aspecto académico, que
permita a su vez egresar profesionales con posibilidades reales de ser
competitivos.
Las tecnologías de información, comunicación e innovación son elementos
fundamentales en el desarrollo, por ello los distintos gobiernos del mundo han
venido creando planes con la intención de que los avances beneficien al
colectivo. Más allá de las visiones políticas o económicas de los países, estos
han asumido (por lo menos en teoría) como motor importante el abordaje de los
procesos tecnológicos y científicos en función de la generación del bienestar
social.
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