Las escuelas del siglo XXI se caracterizan por su permeabilidad para capturar las novedades tecnológicas de la era digital en la que se inserta, con el propósito de optimizar el proceso enseñanza-aprendizaje.
Las dotaciones tecnológicas que se están
haciendo a nivel institucional, pretenden que la escuela incorpore los avances
de hoy. Los tableros digitales y los materiales multimedia interactivos
constituyen una fuente de recursos didácticos que dotan de un componente
motivacional añadido a las actividades escolares, favoreciendo la atención a la
diversidad. Las nuevas herramientas como las tablets, mejoran el aprendizaje y
favorecen la realización de actividades cooperativas a partir de usos de
herramientas como las wikis, los blogs, etc… junto a la implementación de metodologías
colaborativas como la webquest permitiendo el desarrollo de habilidades
cognitivas asi como la adquisición de competencias digitales básicas.
Ante todo esto el rol que ha de
desempeñar el maestro se ha visto modificado considerablemente adquiriendo un
papel más dinámico en tanto facilitador de los aprendizajes y no un mero
transmisor de contenidos.
En la integración de las nuevas tecnologías en los procesos
de enseñanza-aprendizaje el docente debe asumir 3 nuevos roles que debe
contribuir a:
·
Guiar a los estudiantes en el uso de los medios.
·
Potenciar en ellos una actitud más activa y
comprometida con su propio aprendizaje.
·
Gestionar los nuevos recursos tecnológicos y entornos
de aprendizaje para facilitar su adecuada incorporación en la acción formativa.
En cualquier caso, el maestro debe dotar a los estudiantes no
solo de los medios tecnológicos de última generación sino de las estrategias
cognitivas que favorezcan su aprendizaje.